Hemos ido avanzando, dejándonos llevar por donde estaba el hilo, hasta que de repente nos encontramos que está roto, su extremo en nuestras manos, miramos al horizonte y no se atisba el otro pedazo.
Es hora de buscar nuestro camino por nosotros mismos...
Y cuando cojo el valor de mostrártelo la respuesta es nula, incluso defensiva, incluso indiferente...
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