Ya no siento esa opresión en el pecho que me hacía preguntarme si se me iba a partir de verdad el corazón, puede que lo haya perdido por el camino y no me haya dado cuenta, puede que en el fondo, no sienta verdadero dolor, puede que en el fondo me sienta liberada, liberada del peso y el cansancio de recibir golpes contra el mismo muro.
Me sorprende arañar bajo la capa de tristeza y encontrar vacío, aunque lo agradezco y deseo que quede así para siempre y que el olvido haga el resto, porque lo que sí sabemos es que ya, definitivamente, sólo queda eso.
Ahora mismo me queda la duda de si realmente sentía o sólo recordaba lo que una vez sentí....
Y era demasiado bueno para ser verdad... una vez tomada la conciencia del golpe llega el dolor...
ResponderEliminar