Hilo perdido, nunca encontrado

Y cuando estábamos consiguiendo avanzar sin ayuda, encontramos de nuevo el hilo y nos damos cuenta de lo sencillo y cómodo que es seguirlo. No queremos cogerlo, pero lo tenemos a la vista, poco a poco nos vamos acostumbrando a tenerlo cerca y cuando pensamos que podemos cogerlo, desaparece, dejándonos de nuevo ante la oscuridad del camino de nuevo con los ojos desacostumbrados a la penumbra, triste, abandonada, sola.... Deseando y pensando que, para eso, hubiese sido mejor no haberlo vuelto a encontrar...