viernes, 8 de marzo de 2013

Qué malo....

Qué malo es saber leer entre líneas, saber ir más allá de las palabras escritas o dichas, entender lo que hay detrás de ellas, lo que implica.... qué de decepciones nos llevamos cuando vemos que alguien te cuenta todo lo que ha hecho, las personas con las que ha estado, y entonces recuerdas que a ti te ha dicho que a ver cuando podía, que ya te avisaría, que tenía que lidiar con su horario.


Quisiera quitarme las gafas que traspasan las palabras y sacan la esencia de la realidad, la que duele y hace daño, porque por mucho que sepamos que no debe afectarnos, nos duele, siempre duele ver que no importamos.

Quisiera quedarme en la realidad del engaño, donde la ignoracia nos proporciona algo de felicidad, una felicidad ficticia pero para nosotros felicidad al fin y al cabo.

Cómo hacer para dejar de ver si mis gafas con el tiempo ya son lentillas que se han fundido con mi retina.

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