Los dias avanzan y nosotros con ellos. Las cosas cambian y nosotros con ellas. Hay pesar en algunos cambios, alegría en otros, asombro a veces al darnos cuenta, tristeza en otras cuando nos perecatamos que ya no echamos de menos, que lo vemos todo en la distancia, como si nunca hubiese ido con nosotros.
Sin embargo, de repente y sin aviso recordamos algo, y la melancolía nos llena por dentro. Lágrimas sin nombre, sin origen ni destino. Cascadas de añoranza indefinida, porque no identificamos qué añoramos. Súbitamente nuestro mundo parece vacío, a pesar que está repleto de nuevos proyectos y caminos, nuevas sendas que nos sacan sonrisas inconscientes.
Quisiera cerrar esa compuerta que trae de nuevo esos sentimientos pasados que, aunque no lo parezcan, están exiliados ya de mi vida, pero cómo hacerlo si no sé qué la mantiene abierta...
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