martes, 30 de agosto de 2016

Secuelas

Recuperándonos ¿recuperada?... nos damos cuenta que no. Hemos de reconocer con tristeza que la herida es más profunda de lo que habíamos imaginado, no es que nos estuviéramos engañando, es que no éramos consciente de la inmensidad del daño y hasta donde abarcaba. Nos quedamos en la superficie, en lo obvio, el dolor más inmediato, la decepción y traición del momento que se alarga en el tiempo, en el futuro perdido.

Pero es mucho peor que todo eso, ya que todo eso pasa, con el tiempo, poco a poco. Sí, lo afirmo, duele reconocer que aquello que nos ha atormentado no era para tanto. Sí, lo era, lo es... pero aquí seguimos, el sol vuelve a salir, quizás no tan brillante, pero ahí está, las tinieblas no lo envuelven todo constantemente. Y es cuando nos damos cuenta del alcance del daño, cuando no es el dolor el que nos frena, el que nos impide sentir, sino la desconfianza e inseguridades que has plantado en nuestro ser, que nos hace desconfiar del más mínimo detalle, aunque haya muestras de lo contrario. Un pequeño gesto derrumba las ilusiones que poco a poco y con constancia se habían abierto paso.

Me has condicionado a creer que aquel que dice querernos, nos miente, y sólo es cuestión de tiempo que nos dé el golpe de gracia, para acabar con nosotros.



Y lo peor es, aún siendo consciente, no ser capaz de evitarlo...


domingo, 14 de agosto de 2016

Otra época

A veces quisiera haber vivido en otra época, una más sencilla, donde el amor era más facil. Dónde no éramos cromos coleccionables que podían ser sustituidos por copia similares e incluso mejoradas, pero que no captaban nuestra esencia. Una época donde las personas se preocupaban e intentaban arreglar las cosas, no de elegir el contenedor donde te iban a tirar porque ya habia elegido el nuevo modelo que se iban a agenciar.

A veces quisiera haber vivido en otra época porque mi corazón no es capaz de soportar tanta tristeza, tantas decepciones, tantos desengaños. No es tan fuerte aunque lo intenta, pero ya sólo quedan pedazos que no terminan de sentir, y que sienten mal, recuerdan demasiado las traiciones y constantemente se protege, impidiendo que lleguen nuevas ilusiones en su plena amplitud.

A veces quisiera haber vivido en otra época porque quizás te habría conocido de niño, inocente, con sueños, toda una vida por delante; o quizás habrías sido ya un anciano, cansado de cargar recuerdos, arrepentido de algunos, orgulloso de otros; o quzás no te habría conocido, y ninguno nos echaríamos de menos.

miércoles, 10 de agosto de 2016

¿Será verdad?

You can get addicted to a certain kind of sadness

¿Será verdad que nos volvemos adictos a la tristeza? ¿Que si no la sentimos, nos falta algo, nos sentimos vacíos?

Hay cosas que siguen ahí siempre, que siempre tienen un sitio, un momento, aunque hayamos avanzado y el momento, aunque similar, ya no sea el mismo.


lunes, 8 de agosto de 2016

Ciérrate

Los dias avanzan y nosotros con ellos. Las cosas cambian y nosotros con ellas. Hay pesar en algunos cambios, alegría en otros, asombro a veces al darnos cuenta, tristeza en otras cuando nos perecatamos que ya no echamos de menos, que lo vemos todo en la distancia, como si nunca hubiese ido con nosotros.

Sin embargo, de repente y sin aviso recordamos algo, y la melancolía nos llena por dentro. Lágrimas sin nombre, sin origen ni destino. Cascadas de añoranza indefinida, porque no identificamos qué añoramos. Súbitamente nuestro mundo parece vacío, a pesar que está repleto de nuevos proyectos y caminos, nuevas sendas que nos sacan sonrisas inconscientes.

Quisiera cerrar esa compuerta que trae de nuevo esos sentimientos pasados que, aunque no lo parezcan, están exiliados ya de mi vida, pero cómo hacerlo si no sé qué la mantiene abierta...