miércoles, 16 de agosto de 2017

Conversaciones


- Da la sensación que ambos queréis, entonces... ¿cuál es el problema?
- Tú lo has dicho... es una sensación, porque aunque a veces olvide, de nuevo me atraviesa el dolor y recuerdo que cuando yo intentaba mejorar, arreglar las cosas, él prefirió seguir unos pantalones rojos.
- ¿Y eso?
- Fue una maldita casualidad, muy maldita, a veces creo que si hay algo en alguna parte, se divierte tela a mi costa.
- ¿Pero no era algo que siempre hacías?
- Le tenía tanto respeto por el pasado, que nunca había entrado. Pero me creía ya segura de mis miedos, y ese día fui a mirar una cosa personal mientras trabajaba en el otro ordenador.
- ¿Se lo echaste en cara?
- No, esperé a que llegase, confiando en que él mismo me lo diría.
- ¿Lo hizo?
- No, y a medida que pasaban los minutos y no lo hacía, algo fue muriendo dentro de mi.
- ¿Y por qué seguiste?
- Por que le quería y, aunque se veía que él era el que estaba buscando, en el fondo confiaba en él y que haría lo correcto... después de haber pasado por tanto, no podíamos estar ahí por casualidad.
- Entonces, ¿por qué piensas que lo hizo?
- Sólo puedo especular que es porque en el fondo no sabe lo que quiere, piensa que quiere algo y cuando lo tiene se cansa, a veces pienso que sólo hacía por el reto de proponerse algo...y tiene miedo.
- ¿Miedo de qué?
- No sé, de equivocarse, de ser feliz y que se acabe todo, de ser vulnerable y que le hagan daño, de decir lo que quiere y que los demás no lo acepten. Eso da mucho miedo, lo sé, y además es de las cosas más dolorosas por las que puedes pasar... todas ellas.
- ¿Nunca hablásteis de ello?
- Pasó el tiempo y la bola comenzó a crecer tanto independientemente de ese incidente, que el comentarlo sólo empeoraría todo, lo volvería en mi contra, yo sería la que habría hecho mal, la desconfiada... y el hecho en sí, que era una fuente de desconfianza en sí mismo, se perdería. Había pasado el momento. Ni siquiera cuando pude usarlo como arma para defenderme lo hice.
- Pero lo tenías presente siempre, ¿no?
- Puede que sólo muy en el fondo, porque me encontré en más de una situación en la que tuve que recordarme no olvidarlo... a pesar de ello, sabiéndolo, partí mi última lanza por él, estuve luchando hasta el final, incluso cuando ya sólo quería que se acabase de una forma u otra.
- ¿Ya no te importaba?
- Por supuesto que sí, era lo que más me importaba en el mundo... pero ya no me quedaban armas ni fuerzas para luchar por él otra vez, porque en el fondo luchaba contra él. El enemigo que me venció fué él mismo, en vez de ser mi aliado, me apartó, como siempre. Ahora tengo que luchar por mi.

1 comentario:

  1. Perdona que desde el rincón al que estoy relegado responda. Desde que lo leí me cuesta concentrarme en lo que debo, neceistaba...

    1.- Metí la pata y te daría la razón, si me lo hubieras dicho, hace dos años.
    2.- No te lo dije, hace dos años, por miedo a tus celos.
    3.- Habría aceptado la razón por la que lo usaste, me habría lo más lógico, hace dos años.
    4.- La respuesta a por qué alguien escribió desde mi móvil no importaba mucho, hace dos años.
    5.- El que no respondieras lo considere un ataque que me hizo daño, hace dos años.
    6.- He pasado dos años sin saber que estabas dolida.
    7.- He pasado dos años preguntándome por qué apareció una distancia que no sabía indentificar y un silencio que, todavía ahora niegas, me ahogó.
    8.- Pase meses, ¿uno, dos, tres?, notando que mis besos no sabían ricos y no sabía por qué, cosa que con una depresión...
    9.- Recogí mis cosas por no ser feliz, porque pasaba algo que yo no sabía que era, incluso te afirmé que tú no querías ser feliz conmigo. Me fui queriéndote... He pasado casi dos años intentando entender por qué tenía que superar no estar con la persona que quería. Ahora lo sé y no ee más fácil saber el porqué...
    10.- Mi sobrina tenía razón.
    11.- Tu lugar no lo ha ocupado nadie, si quieres saber sobre pies en el kilómetro cero pregunta.
    12.- Tu bola de cristal se equivocó, tiralá a la basura, por favor.
    13.- Sólo tú puedes juzgar qué es un error y qué no lo es.
    14.- Cuenta el tiempo y los intentos y dime otra vez que es una casualidad.

    Perdona, sé que no existo para tí (aquí es dificil cruzarse con alguien por casualidad y si no te pueden responder es así), pero lanzas tus palabras en monólogo para que las lea.
    Vuelvo a mí mutismo...
    PD: Dos años a groso... Voy a ser un mentiroso igual, así que... A números redondos más fácil. (Y sí, con punto, que es de gilipollas)

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