Cansancio

Sí, lo reconozco, estoy cansada... cansada de intentar, de callar y sonreír, cansada de preocuparme y querer para luego encontrarme que a la primera piedra del camino renuncia y se da la vuelta, que proyecta esa piedra hasta el infinito del camino y la aumenta de manera que es infranqueableable, pasando de ser una pequeña piedra a un muro que construye y que parece, muy en el fondo, que no quiere que supere.

Y al muro le coloca zarzas de espinas, quejas y dudas que no comparte hasta que estoy sobre las frías piedras, desanimándome a continuar porque lo plantea cada vez más complicado, porque mis precarias fuerzas se resienten al ver que aunque haga el esfuerzo suficiente, en el momento crítico y por sorpresa, lanza más peso sobre mi cuerpo.

Y es entonces cuando pensamos que igual ya es suficiente de intentar salvar un muro sin que nos lancen una cuerda para ayudarnos.

Confianza

Cómo me pides confianza si cuando una parte de ella se asienta en mi ser llegas de nuevo con tus dudas y el pasado... el pasado no vuelve, simplemente no se ha ido, todas las palabras bonitas se las lleva el viento, las mentiras no pesan, las mentiras bonitas menos todavía. ¿Encima será fallo mío por pensar que esta vez eras sincero? ¿Por creerte cuando me decías que no sería la última de la lista?

E intento aliviar esta carga y seguir hacia delante, sabiendo que independientemente he de recapacitar seriamente sobre todo ello...

Ilusión

Y no sabemos si desistir de la ilusión de esos detalles que nos gustaría que sucedieran sin ser solicitados, de si conformarnos con la apatía que su ausencia nos provoca y así evitar la desilusión cuando vemos que no llegan...

Soledad

Feliz

Y aunque lo intente no puedo estar siempre feliz, ni siquiera estar siempre aparentándolo. Es cansado y tarde o temprano se hace imposible. Y si no es posible mostrarse cuando no lo somos, es que igual no estamos con quien debemos.

Dreaming

Ayer por la calle me tropezaba con todo y con todos. Parecía que el mundo se había puesto de acuerdo para evitar mi avance. Pero no por ello dejé de caminar, simplemente puse mis sentidos más alertas y anticipaba los movimientos de mis contrincantes... Ese semáforo que se volvía rojo nada más acercarme, ese niño que de repente soltaba la mano de su madre para correr a mirar el escaparate de una tienda de juguetes, ese perro que alargaba la correa intentando alejarse inconscientemente de su dueño y que colocaba una valla imaginaria que había que ser saltada. Todo se convirtió en una prueba y además, provocaba que yo por mi parte subiese la dificultad aumentando el ritmo de mis pasos, así todo sucedía más rápido, las apariciones parecían saltar en mi camino siguiendo un flujo de acontecimientos orientados a mi. Finalmente acabé corriendo y cuando llegué a mi portal, sentí la alegría del triunfo de quien ha podido con todos los obstáculos. Entonces cogí las llaves, entré en casa dispuesta a seguir con mis cosas... El despertador parecía estar coordinado con mi llegada.

Y subimos y bajamos....

Y subimos y bajamos, y estamos en constante movimiento, y aunque cierto es que hemos encontrado una estabilidad a cierta altura, seguimos inseguros y pensamos que en cualquier momento comenzará la caída... hay referentes que tienen que ser demostrados como diferentes.