Hay momentos
que sin darnos cuenta llegan. Puede que los esperásemos, pero aún asÃ, nos impactan con tanta fuerza que nos quedamos paralizados. Sabemos que es lo corecto, que es lo que tiene que ser, pero ello no hace que sea más fácil, que no piense que podrÃamos esperar un poco más. Pero los momentos de inflexión no se planifican, simplemente se dan, y no nos queda más que dedicarles una sonrisa triste y adaptarnos a la nueva realidad.
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